Las alfombras o tapetes son piezas muy importantes en la decoración, tanto que pueden hacer la diferencia. Sirven para dar calidez o color a los ambientes, también para delimitar espacios, realzar muebles o piezas de decoración. Como son elementos caros, no pueden ser cambiados muy seguido, por lo tanto hay que tener cuidado al escogerlas.
La alfombra es una de las partes más influyentes en una habitación. Dependiendo del tamaño, estilo y forma que elijas, obtendrás el ambiente que buscas. Te ayudará a que el espacio se separe en porciones más pequeñas o más grandes, y el piso se verá más suave, cálido e incluso más imponente, dependiendo del efecto que quieras lograr.
Elegir los colores
El color de la alfombra debe estar en armonía con los muebles y el tono general de la decoración. Si tu sala tiene colores vivos, una alfombra de color neutro no competirá con los demás colores. Por el contrario si la sala es neutra, la alfombra puede tener colores o estampados más osados.
Los propietarios de esta casa querían lograr la integración entre la zona interior con el jardín. La tarea de la arquitecta Patricia Salgado fue reproducir las formas de la naturaleza también en la decoración. Esta alfombra de nylon con impresiones de hojas y flores que aportan tanta vida al ambiente necesita un mobiliario compuesto de piezas neutras.
Si el suelo tiene un revestimiento neutro y liso, como un porcelanato sin estampado, o madera natural, puedes usar tapetes más jugados, con estampados orientales por ejemplo. Pero si el suelo es muy trabajado, como los de parquet, cerámica estampada, mosaicos o ladrillos serán mucho más adecuados los tapetes lisos.
Esta alfombra está llena de historia: el diseñador de interiores Roberto Negrete, optó por un Kilim iraní, realizado en telar manual. A la hora de elegir el diseño en franjas de tonos tierras, se tuvo en cuenta la sobriedad de los tejidos de los muebles, cojines y cortinas.
Definir el tamaño
¿Ya sabes cual es el color de alfombra que está necesitando ese ambiente de tu casa que quieres mejorar? Ya lo hemos explicado anteriormente. Ahora ha llegado la hora de prestar atención al tamaño.
En primer lugar debes definir la función que va a tener. Si va a delimitar un ambiente, por ejemplo: la sala de estar del comedor, lo ideal es que el tamaño sea lo suficientemente grande como para acoger a todos lo muebles del ambiente que se quiere delimitar. Pero si lo que se busca es resaltar un mueble, como una cama o la mesa de comer, entonces deberá sobresalir 80 cm de los bordes de la cama.
Aun cuando la intención no sea delimitar espacios, todos los muebles deben quedar sobre la alfombra. Sillones, sillas, mesa, no debe quedar nada afuera, de lo contrario se verá muy feo. En el caso de un sofá debe sobresalir por lo menos 20 cm, por el frente y los costados. Tampoco se ve bien un pequeño tapete en frente del sofá.
Las alfombras tienen que hacer juego. Lo mejor es que el tapete de la sala y el del comedor tengan una unidad ya sea por el color, la textura, el estampado o la forma. Puedes escoger alfombras del mismo tono, pero de tramas y alturas variadas por ejemplo.
